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Foto del escritorJoslid Salazar Prema Sai

Cómo superar el síndrome de Burnout



Analiza por qué te sientes quemado


Te sugiero que hagas un inventario de las situaciones que te estresan, agobian y agotan.

Si antes no te agotaba tu trabajo ¿ha habido algún cambio? ¿Han cambiado tu jefe, tu carga de trabajo o tus responsabilidades? ¿Sientes que ya has aprendido todo lo que había que aprender? ¿Tal vez sientas que no hay oportunidades de promoción o las que hay no te interesan? ¿Lo que antes te estimulaba ya no te motiva?

Analizar los factores estresantes es el primer paso para tomar consciencia y el punto de partida para poder buscar soluciones.


No te sobrecargues y sobreexijas Si sufres del síndrome de burnout tu cuerpo y mente te están diciendo que necesitas descansar y desconectar. Por ello, revisa tus obligaciones y limita los nuevos compromisos que adquieras. Plantéate qué aportan a tus prioridades, objetivos y bienestar.

Revisa también tu nivel de exigencias y aprende a valorar tu esfuerzo por encima del producto final. Los mejores deportistas tampoco ganan siempre. Por lo que agradécete el esfuerzo y el haberlo intentando, sea cual sea el resultado. También te sugiero que te tomes descansos activos entre grandes proyectos para permitir a tu mente recuperarse.

Si sueles llevarte trabajo a casa, reflexiona qué pasaría si no lo hicieras. Hoy en día muchos tenemos más trabajo del que horas tiene el día. Pero no desconectar y descansar lo suficiente hará que rindamos menos y tardemos más en realizar las tareas. Así que valora si no sería más productivo descansar bien y terminar la tarea en cuestión al día siguiente con la mente fresca. Además revisa las prioridades y plazos de tus tareas. ¿Cuáles de tus tareas son realmente prioritarias y cuáles pueden esperar?

Por último revisa qué tareas puedes delegar a otros. Sea en el trabajo o en casa, te ayudará a reducir tu carga de trabajo y obligaciones.

Procura realizar las pausas activas en tu lugar de trabajo.


Mejora tu situación laboral Ahora reflexiona qué puedes hacer para reducir los factores y situaciones estresantes. ¿Qué puedes mejorar? ¿Qué puedes evitar? ¿Cómo puedes resolver los problemas que tienes? También puede ser útil hacer un inventario de tus fortalezas, habilidades, intereses y pasiones. Luego piensa cómo puedes potenciarlos.

Luego define tus responsabilidades y busca la forma de crear valor e involucrarte en nuevos proyectos estimulantes que potencien tus fortalezas e intereses. Si no tienes la autonomía de decidirlo por tu cuenta, comenta tus preocupaciones y expectativas con tu jefe.

Puede que estas reflexiones te lleven a cuestionarte tu trabajo. ¿Está alineado con tus valores, habilidades e intereses y permite sacar lo mejor de ti? ¿Lo puedes ajustar para que sea así? Si no, puede que te quieras plantear un cambio de empresa o de trabajo.


Alivia el estrés Hay una serie de cosas que podemos hacer para aliviar el estrés. En el trabajo te recomiendo que hagas breves descansos varias veces al día. Levántate y date un paseo aunque sea a la máquina de café. Aprovecha para soltar las piernas, estirar cuello y espalda. Además te recomiendo que no comas en tu sitio. Cambia de aires y come en la cafetería con los compañeros o sal a comer fuera de la oficina y aprovecha para darte un paseo.

Además de cuidar la alimentación y hacer ejercicio físico, incluye técnicas de relajación en tu día a día. Pueden ser estiramientos, yoga, pilates o ejercicios de atención plena. Estos últimos ayudan no solo a prestar más atención al momento presente y así reducir las divagaciones hacia pasado y presente que suelen llevar a agobio y ansiedad. También nos permiten conocernos mejor, entrenar nuestra capacidad de aceptación, concentración y resiliencia.

Asimismo tómate tiempo para pasatiempos e intereses que te apasionan y divierten. ¿Hay alguna cosa que te gusta que has dejado de hacer o que no encuentras nunca el momento de hacer? Resérvate tiempo para ello igual que harías con una reunión. Dale a tu agenda personal la misma importancia que a tu agenda de trabajo. Si te cuesta mantener el equilibrio entre trabajo y vida personal te puede ayudar planificar y agendar las actividades de ocio.

También procura que tus pasatiempos no sólo sean digitales como jugar juegos online o usar las redes sociales. Las actividades analógicas nos permiten desconectar y relajarnos de forma más efectiva.


Entrena tu inteligencia emocional y revisa tu actitud Al principio hemos visto que el síndrome de burnout nos puede volver irritables e irascibles. Si sufrimos estrés podemos tender hacia la agresividad o la pasividad. Por ello, reconocer nuestras emociones y saber gestionarlas es clave para mejorar nuestro estado de ánimo. La gestión de nuestras emociones y aprender a expresar nuestras preocupaciones y deseos con asertividad nos permitirá evitar conflictos y malentendidos con las personas que nos rodean.

Si nos sentimos desmotivados y desganados es difícil ilusionarse con nuestro trabajo y nuestra vida. Por eso también te sugiero que revises tu actitud ante las situaciones y personas. ¿Hay cosas que te sacan fácilmente de quicio? Nuestras expectativas nos llevan a criticar comportamientos de otros y resistirnos a aceptar las cosas como son. Sin embargo, si nos enfrentamos a la vida con la mente abierta, con aceptación y con una actitud positiva nos estresáremos menos. Así que intenta centrarte más en las cosas positivas, apreciarlas y disfrutarlas.


Busca apoyo e inspiración Por un lado intenta mejorar la relación con tus compañeros de trabajo. Pasamos muchas horas en el trabajo por lo que mejor tener buena relación con algún compañero y sentirnos apoyados.

Por otro lado busca apoyo fuera del trabajo. Además de confiar en tu familia y amigos puedes ampliar tu círculo social.

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