La fuerza de la bondad La bondad significa estar atenta y preocuparte por el bienestar propio y el de los demás. Es importante incluir ambas cosas en la ecuación. Es decir, si eres buena con los demás y contigo no, eso no es bondad al cien por ciento (por algo se empieza, no) En la bondad incluye ser compasivo, tener voluntad para actuar, el sentimiento va unido a la comprensión, y la acción a realizar va unido a esa comprensión La bondad NO es: ✓ Evitar plantar cara a la gente o a las circunstancias ✓ Actuar de manera bondadosa de una manera general sin reconocer las necesidades de la persona. ✓ Actuar de una forma aparentemente bondadosa cuando en verdad es en beneficio propio. La auténtica bondad es el polo opuesto a la debilidad o al comportamiento servil. Ser bondadosa es tener intuición una compresión inherente de lo que está pasando en realidad; y tener el valor de actuar con ese conocimiento. Para ser bondadoso consigo mismos necesitas conocerte, conocer tus talentos y creer lo bastante en ellos para comprender que el mundo te necesita. Evita fingir que eres bondadosa Para eso debes reconocer sentimientos que se pueden confundir con la bondad estos sentimientos son el sentimentalismo, la piedad, ansiedad y terror. La auténtica bondad es el deseo genuino de lograr lo mejor para ti y para los demás, y tener la voluntad de cumplir ese deseo. Actuar ante lo que te preocupa notes fácil, y a veces tendrás que ser valiente si quieres decidir cómo abordarlo. También necesitas ser prudente y comprender cuando es apropiado ayudar o rescatar a alguien que está sufriendo; y entender también que la bondad se demuestra mejor siendo capaz de soportar el sufrimiento de esa persona y reaccionando de la manera adecuada, en lugar de entrar al trapo y, sin darte cuenta, empeorar aún más las cosas. Cómo ejercer la bondad ✓ Se consciente de que existen ideas equivocadas sobre la bondad que podrían impedir que entraras en la práctica abierta de espíritu ✓ Asegúrate de que no caes en la piedad y el sentimentalismo, o en la ansiedad y el terror, para mantenerte a una distancia prudente del sufrimiento de la otra persona. ✓ Mantén un equilibrio entre la actuación y la perspectiva.