SELF
Sí-mismo (en alemán: Selbst) es definido por Carl Gustav Jung como el arquetipo central de lo inconsciente colectivo, el arquetipo de la jerarquía. La totalidad del hombre. «El sí-mismo es una unión de los opuestos κατ' εξοχήν (por excelencia)». Se representa simbólicamente por el círculo, cuaternidad, niño, mándala, chacana, etc. Representa el fin último del proceso de individuación.
El sí-mismo es una magnitud antepuesta al «yo consciente». Comprende no sólo la «psique consciente», sino también lo «inconsciente», y por ello es, por así decirlo, una personalidad que «también» somos... No existe posibilidad alguna de alcanzar también una «consciencia» aproximativa del sí-mismo, pues por más que queramos hacerlo consciente siempre existirá una cantidad indeterminada e indeterminable de «inconsciente» que pertenece a la totalidad del sí-mismo. El sí-mismo es no sólo el «centro», sino también aquel ámbito que encierra la «consciencia» y lo «inconsciente»; es el centro de esta «totalidad» como el «yo» es «el centro de la consciencia». El sí-mismo es también «la meta de la vida», pues es la expresión más completa de la combinación del destino que se llama individuo.
Podríamos dar una doble definición al concepto de sí-mismo: Imagen arquetípica de totalidad, vivenciada como poder transpersonal que confiere sentido a la vida; por ejemplo: Cristo, Buda, figuras-mándala.
El «símbolo de Cristo» tiene suma importancia para la psicología, porque es tal vez, junto con la figura de Buddha, el símbolo más desarrollado y diferenciado del sí-mismo. Teóricamente, centro y totalidad de la psique, vivenciado como aquello que gobierna al individuo y hacia lo que se dirige inconscientemente. Principio de coherencia, estructura y organización que rige el equilibrio y la integración de los contenidos psicológicos.
Sin la vivencia de los opuestos no existe experiencia de la totalidad y, por ende, tampoco un acceso interior a las figuras sagradas.
La imagen arquetípica que conduce a la unión del sistema psíquico consciente con el inconsciente es un punto central común llamado Self o Sí mismo. Señala la última etapa del sendero de individuación, camino que Jung llama también «formación del Sí mismo», el cual conduce al hombre a su plenitud. En esta fase la realidad externa ya no es contrapuesta a la realidad interna, sino que se unifican. Es el núcleo más interno de la psique, el arquetipo de la totalidad. Así como el yo es el centro de la consciencia, el Self no es sólo el centro de la psique, sino también su circunferencia, que abarca a la vez y simultáneamente lo consciente y lo inconsciente. El surgimiento del Sí mismo unifica los mundos consciente e inconsciente, abarcándolos a ambos.
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