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Foto del escritorJoslid Salazar Prema Sai

Fénix (Arquetipo)

“El hombre que se levanta es aún más fuerte que el que no ha caído”.

-Viktor Frankl-


El mito del Ave Fénix ha seducido a diferentes civilizaciones de todo el planeta con su simbolismo de esperanza, aplomo, memoria y regeneración, un ave milagrosa que siente la muerte y la prepara con mimo y serenidad para después resurgir de sus cenizas incólume y vigorosa.

Origen de la criatura legendaria

Encontramos tempranas referencias a su mitología tanto en la poesía árabe, como en la cultura grecorromana e incluso en gran parte del legado histórico de oriente.

En China, por ejemplo, el fénix o el Feng Huang simboliza no solo la más alta virtud, el poder o la prosperidad, sino que además, también representa el yin y el yang, esa dualidad que conforma todo lo existente en el universo y se especula que no deriva ni tiene conexión con la figura mitológica occidental, ya que sus menciones datan de hace 7 000 años (antes incluso que Bennu).


Existe una versión cristiana del mito del ave fénix. En ella se relata que el ave vivía en el Jardín del Paraíso y anidaba en un rosal. Pero, cuando Adán y Eva fueron desterrados, de la espada del ángel que los expulsó nació una chispa que prendió el nido del fénix, haciendo que ardiera junto con el animal. Por ser la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso, se le concedieron varios dones, como el poder del fuego, la luz y la inmortalidad (al renacer de sus cenizas).


Deir el-Bahri (orilla occidental de Luxor, Egipto). Templo de Hatshepsut. Cien puertas a Tebas


En la Mitología Egipcia Ovidio explicaba en sus textos que en Egipto, el ave fénix moría y renacía una vez cada 500 años, para los Egipcios esta Garza majestuosa era Bennu, un ave asociada a las crecidas del Nilo al sol y a la muerte, y que según explicaban había nacido bajo el árbol del bien y del mal. Esta creatura fantástica entendía que era necesario renovarse cada cierto tiempo para adquirir mayor sabiduría y para ello seguía un proceso muy meticuloso. Volaba por todo Egipto para construirse un nido con los elementos más bellos. Ramas de canela, ramas de roble, nardos y mirra. Después acomodado en su nido entonaba una de las melodías más bellas que los egipcios habían escuchado jamás para seguidamente dejar que las llamas lo consumieran por completo. Tres días mas tarde el ave renacía lleno de fuerza y poder, a continuación cogía su nido y lo dejaba en Heliópolis en el templo del Sol para iniciar así un nuevo ciclo con el que ofrecer inspiración al pueblo de Egipto.


Deir el Medineh, tumba de Irynefer. El Benou, sobre un solar con corteza umbelas de papiro

El fénix grecorromano

El Bennu egipcio acabó por aparecer también en obras de autores griegos y romanos, como Plinio o Séneca. En estas culturas recibió el nombre de Phoînix, vocablo que daría lugar al que usamos en la actualidad.

En estos textos se habla del fénix refiriendo la competencia que ejerce sobre los dioses, pues es eterno pero capaz de morir. A diferencia de ellos, su continuidad en el tiempo pasa por el renacer y la resiliencia.


El fénix en Norteamérica

Curiosamente, el elemento de esta ave cambia del fuego al trueno cuando se acude a la mitología de sus pueblos indígenas. Aquí es un ser sobrenatural que crea truenos al batir sus alas y relámpagos con sus ojos. Es el dueño del mundo superior y es el castigador de los humanos que rompen las normas morales.


En demonología, Phenes es un Gran Marqués del Infierno y tiene veinte legiones de demonios bajo su mando. Enseña todas las ciencias maravillosas, es un excelente poeta y es muy obediente al mago. Phenes espera regresar al Cielo tras pasar 1.200 años, pero se engaña a sí mismo con esa esperanza.


Renacer de nuestras cenizas

Una historia inspiradora, cierto.

La capacidad de renovarse, recuperar el aliento y la fortaleza, atraviesa primero una fase oscura que muchos consideran muerte. Una experiencia traumática siempre es percibida como negativa pero depende de cada quien lo que suceda a partir de ella. La opción guiada por la resiliencia es alzarnos y cobrar vida de las cenizas, la otra opción es derrumbarnos y rendirnos. El ave Fénix nos recuerda que nunca es tarde para renovarnos, para transformarnos, para levantarse, para resurgir. Como pueden darse cuenta El Fénix esta muy relacionado con la humanidad y su psique. Porque también nosotros buscamos esos elementos mágicos con los cuales construir un nido bien resistente donde aunar fortalezas.



El ser humano debe desplegar sus alas para sobrevolar su universo interior en busca de las ramas de su autoestima, la flor de su motivación, la resina de su dignidad, la tierra de sus ilusiones y el agua tibia de su amor propio.

Todos esos elementos son los más ricos que cada persona tiene y son los que la ayudarán a salir de una situación adversa y salir fortalecida, pero no sin antes ser consciente de un aspecto: que habrá un final, que una parte de nosotros mismos se irá también, se convertirá en cenizas, en los restos de un pasado que nunca más volverá.


Carl Gustav Jung en su obra Símbolos de transformación, el Fénix alude “al alma en su viaje del renacimiento, es la restitución duradera de las cosas, es la renovación”, el sol poniendo fin a la noche, día tras día.

Carl Gustav Jung establece nuestra similitud con el ave fénix porque, aunque también muere, también es quien propicia las condiciones necesarias para fallecer porque sabe que de sus propios restos emergerá una versión de sí misma mucho más poderosa.

Y dice en otro momento:

"Lo que es importante y significativo para mi vida es vivir con la máxima plenitud posible para que la voluntad divina se cumpla dentro de mí. Esta tarea toma tanto de mí que no tengo tiempo para nada más... Lo que la naturaleza pide del manzano es que produzca manzanas, y en el peral que produzca peras. La naturaleza quiere simplemente que sea un hombre. Pero un hombre consciente de lo que soy y de lo que estoy haciendo. Dios busca la conciencia en el hombre... Este es el verdadero nacimiento y resurrección de Cristo en el interior. Si más y más hombres conscientes alcanzan esto, esto es entonces el renacimiento espiritual del mundo. Cristo, el Logos -esto es, la mente, el entendimiento, brillando en las tinieblas". - C.G. Jung Speaking: Interviews and Encounters with C.G. Jung


Un drama arquetípico de muerte y renacimiento que yace oculto en la coniunctio [conjunción]... Es la tarea moral del alquimista llevar el fondo femenino maternal de la psique masculina, hirviendo con pasión, a una armonía en el principio del espíritu. ¡Verdaderamente una labor hercúlea!


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