HÉCATE
Origen: Asia Menor, Pre olímpico (Grecia)
Originalmente habría sido una diosa de los partos adoptada en época temprana en la región de Tracia pero originaria entre los carios de Asia Menor y no fue hasta la época de la Grecia helenística que adquiere su relación con la hechicería y su consideración como “Reina de la Noche”.
Representaciones y simbolismo
Se muestra a Hécate portando antorchas, las cuales utilizaba como arma, un cuchillo, una llave, flores o una granada.
✓ La antorcha es presumiblemente un símbolo de la luz que ilumina la oscuridad, pues los griegos aseguraron a Hécate en su papel de traedora de la sabiduría.
✓ Su cuchillo es una reminiscencia de su origen como diosa de los partos, utilizándolo para cortar el cordón umbilical, así como para romper el vínculo entre el cuerpo y el espíritu al morir.
✓ La llave haría referencia al papel de Hécate como guardiana de puertas y del conocimiento sagrado (los himnos órficos la mencionan como «reina de las llaves de todo el Cosmos»).
✓ La granada era vista por los antiguos griegos como la fruta del inframundo y símbolo femenino, siendo este un atributo de otras diosas como Hera o Perséfone.
En los llamados Oráculos caldeos Hécate fue también asociada a un laberinto serpentino alrededor de una espiral, conocido como “rueda de Hécate” (el «Strophalos de Hécate»). El simbolismo alude al poder de la serpiente para renacer, al laberinto de conocimiento a través del cual Hécate guíaría a la humanidad y a la llama de la propia vida.
La figura de Hécate siguió estando asociada a la brujería mucho después de la desaparición de la Grecia Clásica y el Imperio Romano. El cristianismo rodeó la figura de Hécate de un aura maléfica y connotaciones negativas, a menudo asociándola a Lilith y al diablo.
En este sentido debemos aclarar que si bien desde la Grecia helenística Hécate estaba asociada a la oscuridad, la hechicería y la muerte, no podemos ver estos atributos desde un punto de vista cristiano, pues entre las culturas paganas tanto el inframundo como la muerte, o la brujería, estaban exentos de las connotaciones maléficas que recibieron posteriormente, poseyendo un carácter, aunque sobrenatural, mucho más neutral, lejano a la concepción del bien y el mal cristiana.
Hécate estaría también asociada a Core/Perséfone como reina del inframundo, esposa de Hades, a la cual la propia Hécate ayudó a rescatar cuando fue raptada por Hades.
A la propia Hécate se la consideraba señora del inframundo, donde gozaba de ilimitados poderes. Se dice que Perséfone prefería su compañía a la de su propio esposo.
Hécate y la Luna Nueva (la diosa en su aspecto de Anciana o Hechicera) o, según algunos, el punto astrológico llamado Luna Negra o Luna Oscura (el punto más alejado de la órbita lunar, su apogeo)… la cara oculta de la Luna, la cual dentro de la astrología representa el inconsciente, los deseos ocultos, lo “oscuro” y lo sobrenatural.
Es curioso el hecho de que, aunque como buen olímpico Hesíodo convierta los poderes de Hécate en un regalo o don de Zeus, al contrario que la mayoría de dioses pre-olímpicos, ésta conserva, aún sin ser considerada una diosa olímpica, la mayor parte de ellos, los cuales Hesíodo menciona como casi ilimitados.
En este sentido existen dos teorías, según una de ellas Hécate habría sido una diosa tan popular en sus orígenes que no se habría podido introducir el nuevo culto a Zeus y los olímpicos suprimiendo sus prerrogativas, de ese modo se la hizo poseedora de un especial favor por parte de Zeus.
Una segunda teoría propone que en la población de origen de Hesíodo habría existido una especial devoción hacia Hécate y que los elogios y alabanzas y la especial consideración que le dedica en la “Teogonía” fueron una forma de promover a su diosa local.
Según la “Teogonía” Hécate habría conservado sus poderes tras la Titanomaquia por luchar en el bando de Zeus durante esta guerra entre titanes y olímpicos.
Hécate era considerada diosa de la magia y la hechicería, y de modo parecido a Hermes, también se la consideraba la diosa suprema de los puntos liminares, es decir, de las fronteras entre el mundo de los vivos y el de los espíritus, de ahí su título de “Reina de los Fantasmas”.
Fragmentos varios tomados en la web por Joslid Salazar
"Todo llega desde el equilibro, Desde el punto intermedio entre el orden y el caos, más allá del inmovilismo y el movimiento continuo... Y así es Hékate, el centro desde el que todo brota, luz y oscuridad, vida y muerte, lo femenino que porta lo masculino. Esto es lo que debe entender quien a ella adora.
Dar y recibir, es la paz en la guerra, el dia en la noche.
Entiende esto, y las puertas se abrirán, el camino estará claro y podrás tomar el que ella te indica en la encrucijada". Badger Hannibal
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