Tipo: Diosa de la guerra, muerte y destrucción
Arma: Diversas armas y armaduras.
Representación: En forma de cuervo o conejo en el campo de batalla.
Familia: Emmas (madre) Macha (hermana) Badb (hermana)
Origen: Celta
Morrigan, también conocida como Morrigu, es la diosa celta de la muerte y la destrucción. Se la representa típicamente con armadura y armas. Morrigan está presente en todas las guerras, tomando la forma de cuervo o corneja. Su papel en la guerra es infundir en los soldados la fuerza (y la ira) para combatir.
Su nombre significa "Gran Reina" o "Reina Espectral". Morrigan también se puede traducir o encontrar escrito como Carrie o Carrigan.
Reina de los fantasmas, señora de los espectros. Vinculada al amor, a la renovación y al deseo sexual. Hija de la diosa Ernmas, junto con sus hermanas Macha y Badb formaban la tríada de diosas de la guerra conocida como Morrigna, algo bastante común en la mitología celta si tenemos en cuenta que el número tres es símbolo de totalidad y eternidad.
Al igual que el dios celta Daghda, dios de la vida y de la muerte pertenece a los Tuatha Dé Danann.
También ha habido algunos escritores modernos que han tratado de vincular a Morrigan con Morgan Le Fay de la novela artúrica, cuyo nombre en galés «mor» derivaría de «mar», siendo diferentes en el árbol lingüístico celta.
El que Morrigan es una diosa importante está evidenciado en su identificación con Anu, la diosa que en el Glosario de Cormac es definida como mater deorum hibernemsium y es descrita como la «nutridora de los dioses». Se trata del personaje a quien fueron dedicados los «dos senos de Anu», dos colinas gemelas en el condado de Kerry, en Munster. Tal identificación se encuentra en Lebor Gabála Érenn:
Ernmass tenía otras tres hijas, Badb Chatha y Macha y Mórrígan, cuyo otro nombre era Anu. Lebor Gabála Érenn, 64.
Similitudes:
Puede parecer curioso que una diosa guerrera como Morrigan pueda ser identificada con Anu, la «nutridora de los dioses». Este punto, si es verificado, arrojaría una luz interesante sobre la antigüedad de esta figura. Se podría pensar en una antiquísima diosa de características duales, tanto benignas como malignas, similar a la diosa india Devī, esposa de Shiva, entre cuyos muchos aspectos están incluidos la dulce Umā, la batalladora Durgā o la terrible Kalī.
En el ciclo mitológico se identifica a Morrigan con Anann, madre de Gaim, Glon y Coscar y se le atribuyen una relación amorosa cada año con el dios padre Daghda que se une a Morrigan durante la festividad del Samhain y a horcajadas sobre un río tiene una relación sexual, por ello es diosa de la fertilidad y del emparejamiento, así como deidad soberana, identificándose y uniéndose a la Tribu, a la Tierra de Irlanda. En la simbología del coito con el Daghda, dios de la tribu. Por eso se indica su asociación con la fertilidad de las tierras.
Morrigan poseía la habilidad para transformarse o mejor dicho metamorfosearse, siendo su animal preferido el cuervo y la corneja, pero también en diferentes animales como lobos, vacas. Bajo este aspecto se presenta ante el Donn de Cuailnge, avisándole que va a morir. Pero sus profecías no siempre son de este tipo de augurios, sino que en ocasiones sus sabios consejos son tenidos en cuenta, como ocurrió cuando aconsejó al Daghda, de cómo tratar a los fomorianos, enemigos como ya sabemos de los “Tuatha dé Danann”.
Naturaleza
Morrigan con Dana Badbh y Macha. Es la misma diosa con diferentes aspectos y facetas. Incluso se la relaciona con la “Gran Diosa Blanca” “La Gran Madre”, “La Diosa Luna” “La Reina de las Hadas”, que era Dana (Dé Ana) (Diosa Ana, o Anu), en su aspecto más sombrío, en este caso formarían la Trinidad del Destino con Dana, Badh y Macha y en conjunto son llamadas “Morrigan”, tres aspectos diferentes de la misma Diosa. Dado que hablar de cada uno de sus aspectos (Badh, Macha, O Dana, incluso Nemain).
Badbh: Bayb, Bibe, Bive, Beev Catubodua Distintos nombres derivados de la palabra Badu, corneja. Esta diosa era la faceta violenta y terrible de la tríada conocida como Morrigan. Se encuentra particularmente asociada con la guerra, la batalla, la muerte. Hermana de la Diosa Hernmass, se la conoce también por el sobrenombre de “aquella que hierve”, por estar al cargo del caldero de la Muerte en el Mundo Inferior
Macha: Diosa cuyo simbolo son los caballos, es integrante de la Morrigan, junto a Badhb y Nemain. Siendo esposa de uno de los guerreros del Ulster, fue obligada a competir con unos caballos porque su esposo había roto su geis, a pesar de estar embarazada de ocho meses. Corrió pues, ganando a los caballos y al acabar la carrera, dió a luz sin que nadie se prestara a ayudarla. Al desaparecer, maldijo a todo hombre del Ulster a permanecer postrado e indefenso como una parturienta cada vez que su tierra estuviera en peligro.
Dana: Danu Don Se trata de la primera diosa-madre celta, hallándose descripciones suyas de la época protocelta. Es el principio femenino de la naturaleza. Más tarde se le dio una forma trinitaria (virgen, madre, anciana)
Nemain: “La venenosa” según significa su nombre, es la faceta de la Morrigan que inspira el terror en los guerreros que van a morir.
Al igual que el dios celta Daghda, dios de la vida y de la muerte pertenece a los Tuatha Dé Danann, los seres mágicos que habitaron Irlanda antes.
Cuando aparece en los arroyos, lavando los ropajes de aquellos que van a morir, como en el caso de Cuchulainn, es el heraldo de la muerte y es llamada el “lavador del vado”.
Otros de sus aspectos coinciden en señalarla, además de diosa de la guerra, del destino y de la muerte, como diosa de ríos, lagos y todo tipo de aguas dulces.
Leyendas
Fue amante de reyes, ayudó a los Tuatha dé Danann en sus batallas. Según cuenta la leyenda, la diosa Morrigan estaba enamorada del gran guerrero Cuchulainn, el único digno de su amor. Intentó seducir a Cuchulainn, presentándose como una atractiva joven, dado que era el mejor guerrero y quien repartía más muerte siendo rechazada por éste, desdeñándola por el fragor de la batalla. Morrigan, consternada, le ataca cambiando de forma a anguila, lobo, vaca. Pero Cuchulainn siempre la vence. Al final lo lleva hacia su destino, la muerte, descendiendo sobre él, en forma de cuervo, cuando está herido de muerte atado a un árbol.
Cuenta la leyenda que, cerca ya de donde una cruenta batalla estaba teniendo lugar, un grupo de guerreros se detuvieron paralizados por la aparición de una figura de mujer muy delgada que los miraba fijamente llena de ira. Con el cabello gris revuelto, el gesto apretado y los pies llenos de sangre, el fantasma se encontraba subido sobre un montón de cuerpos inertes, cuerpos desfigurados de guerreros en los que ya no quedaba ni una gota de vida.
Entonces, y sin mediar palabra, la mujer profirió tales escalofriantes carcajadas que todos aquellos hombres se consumieron de pánico sin poder evitarlo. Poco a poco, la visión fue señalándolos uno a uno hasta elegirlos a todos…
Uno de los guerreros, en un acto de valor sobrehumano, consiguió articular palabra y le preguntó, en una voz casi inaudible, quién era. “Mi nombre es Morrigan“- contestó- “soy la diosa de la guerra. A veces como mujer, otras como cuervo, otras como corneja, recorro los ríos de esta tierra limpiando el mal que los hombres dejan a su paso”…
“¿Has matado tu a esos hombres que yacen bajo tus pies?”- volvió a preguntar el guerrero tras un angustioso silencio. “No, no he llegado a tocarlos”- contestó la reina fantasma-“Míralos bien de nuevo. ¿No los reconoces?. Son los que se encuentran tras de ti y así es como estarán esta misma noche. Yo sólo me acerco para limpiar la sangre que mana de sus cuerpos”.
El guerrero fijó entonces su mirada de nuevo en el montón de cuerpos que yacían ante él y reconoció a algunos de sus compañeros. Pero lo que sintió entonces no fue nada comparado con el horror sin límites que se apoderó de él cuando, entre las manos de la diosa, reconoció su propio rostro en una cabeza cruelmente decapitada.
Otra lectura que podemos entresacar de las deidades femeninas celtas, y de Morrigan , en concreto, es la gran importancia y relevancia de lo femenino, en todas sus facetas, en unas gentes que no obstante, dejaban buena constancia de sus cualidades viriles, pero respetando el papel femenino e incluso igualándolo al del hombre, en todos los aspectos positivos o negativos. Con casi todos los derechos. No en balde se dice, que para la época en que vivieron, las mujeres celtas eran las que estaban más casi en igualdad de derechos y obligaciones entre los pueblos paganos de aquellas épocas, por encima de griegos y romanos específicamente, a los que se considera hoy en día, casi como los civilizadores de la Europa “bárbara”.
Llamamiento a la reflexión interna:
Cuando esta diosa aparece en tu vida, es porque debes realizar un cambio drástico en todos los niveles, ya sean los externos y cotidianos, como también los internos y personales. Simboliza la transición, el crecimiento y un desarrollo paulatino lleno de muchas transformaciones, donde podrás emerger como vos misma, libre y sin ataduras.
Morrigan también favorece si trabajas con ella dificultades cotidianas como debilidad de carácter, timidez, miedo, temor, enormes dificultades para decir “no”, entre otras.
Morrigan también nos facilita el camino cuando de brío y amor se trata. Busca a Morrigan en tu interior, la hembra llena de pasión y alegría, que disfruta tanto las gotas de lluvia, como también los rayos del sol.
La valiente, la que enfrenta el “dedo acusador” con bravo talante. La sabia, que nos enseña que la muerte tan solo es una transición, un paso más hacia el renacimiento.
Reedición: Joslid Salazar (Prema Sai)
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