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Foto del escritorJoslid Salazar Prema Sai

Tummo Yoga Tibetano

EXPLICACIÓN PRACTICA

Es preciso sentarse cómodamente sobre una base dura en nuestro lugar de meditación si estamos en casa, o en la naturaleza en la postura del loto y generar una fuerte motivación positiva para hacer esta práctica de Tummo meditación del calor interno. Determina desde el principio mantener tu mente relajada, concentrada y libre de las expectativas durante toda la sesión. Iniciar la práctica por visualizar el canal central Sushumna como un tubo hueco transparente cuya amplitud es aproximadamente de un dedo de diámetro. Este conducto corre hacia abajo a través del centro del cuerpo, justo en frente de la columna vertebral, descendiendo desde la corona de la cabeza (Sahasrara Chakra) a la base de nuestra espina dorsal (Chakra Muladhara).

A continuación hay que visualizar los Nadis derecho e izquierdo, Ida y Pingala, ligeramente más delgados que el canal central Sushumna. Estos dos nadis que parten entrelazándose desde las fosas nasales izquierda y derecha respectivamente, comienzan por viajar hacia arriba a la parte superior de la cabeza en el Brahmarandhra y luego curvan abruptamente hacia abajo descendiendo como dos serpientes enredadas en los Chakras y a ambos lados del canal central. la visualización debe ver a Ida y Pingala entrar en el canal central Sushumna en una amplitud de aproximadamente 8 cm del Hara o punto por debajo del nivel del ombligo.

Podemos tomarnos tanto tiempo como nos apetezca para construir en la pantalla de nuestra frente esta visualización. Una vez que la imagen está estable, imaginar una brasa roja y caliente del tamaño de un garbanzo dentro del canal central a nivel del ombligo. Para fortalecer esta visualización del Tummo yoga tibetano, podemos imaginarnos alcanzando una hoguera, sacando a continuación una pequeña ascua roja muy brillante y colocándola en el Sushumna. Una vez la he puesto allí, os puedo asegurar que yo realmente siento su calor intenso.

Ahora, con la finalidad de aumentar el calor interno, hago girar suavemente los músculos de la pelvis, concentrándome en el interior, y de esta manera consigo llevar la energía del Prana del aire respirado depositada en el Chakra Swadhishthana a la brasa. A continuación, suavemente hay que hacer una respiración yoga completa a través de los orificios nasales. El aire viaja raudo desde las fosas nasales impulsando el Prana a través de los canales derecho e izquierdo hacia donde los nadis Ida y Pingala entran en el canal central Sushumna justo por debajo del nivel señalado anteriormente del ombligo. El aire se une con el calor allí presente y con la energía Kundalini que asciende desde abajo en Muladhara.

Se debe detener la inhalación, inmediatamente tragar literalmente el aire llegado debajo del estómago y empujar suavemente con el diafragma para comprimir firmemente la energía desde arriba hacia abajo: ahora la energía de la respiración está completamente bloqueada, el aire se encuentra comprimido desde arriba y abajo. Ahora se trata de retener la respiración en Kumbhaka todo el tiempo que nos sea relativamente cómodo hacerlo. Llevamos la concentración completamente sobre la brasa ardiente en el área del ombligo, cuyo calor logramos incrementar y difundir como resultado de la energía del aire fuertemente comprimido.

Cuando estemos listos, se deban relajar los músculos que se encuentran ligeramente tensos y exhalar suavemente y completamente. Aunque el aire exhalado sale a través de los orificios nasales, se debe visualizar que se eleva a través del canal central y disuelve allí en Sushumna. Sentiremos entonces que el calor que emana de la brasa ardiente en el centro del vientre constantemente aumenta y se extiende, imaginamos que este calor es Kundalini que despierta y al elevarse empieza a quemar los bloqueos en cada Chakra y que este fuego comienza también a calentar la concentración de energía maravillosa dorada existente en el Chakra corona Sahasrara.

Sin embargo, el punto focal de la concentración de este ejercicio de Tummo Yoga es siempre el calor de la brasa ardiente en el área interior por debajo del ombligo. Una vez finalizada nuestra primera exhalación, volvemos a apretar los músculos inferiores cerrando el periné, inhalar una segunda vez, tragar y empujar de nuevo hacia abajo con el diafragma, así volvemos a comprimir el aire en el calor y, a continuación, exhalamos, lanzando literalmente el aire en el canal central una vez más.

Repetir el ciclo rítmicamente siete veces en total, en esta secuencia, la intensidad del calor crece con cada aliento. En la séptima exhalación, si por la propia naturaleza del ejercicio no se produce, hay que imaginar que la brasa caliente ahora quema, su brillo se intensifica y estalla en llamas. El fuego se dispara hasta el canal central, consumiendo completamente, purificando y liberando la energía bloqueada en cada Chakra. En Sahasrara, el Chakra corona, las llamas finalmente se funden y liberan la energía maravillosa plateada, que como de un cáliz vierte al canal central purificando y proporcionando el éxtasis en cada uno de los siete Chakras.

Finalmente, cuando se cumpla el periplo de las llamas en el Chakra Swadhishthana, ocurre una explosión de felicidad. Este maravilloso calor interno que proporciona el Tummo fluye a través nuestro encendiendo cada átomo y célula del cuerpo que brilla envuelto en intensa luz como un arco iris. Hay que serenarse y concentrarse en este estado dichoso sin tensión o expectativa, sin aferrarse a él o analizarlo. Simplemente relajarse y disfrutar del éxtasis. Notaremos, no importa cómo de fuerte sea el estado estático, que nuestra mente y cuerpo están tranquilos y controlados, a diferencia de nuestras experiencias habituales de placer y bienestar físicos cuando el cuerpo está perturbado y la mente emocionada y descontrolada.

Si tras ese momento la mente tiende a deambular de nuestra concentración a otros objetos (los objetos pasados o futuros, de apego o aversión a situaciones y personas, enfocamos su atención sobre el tema en el que se debate el pensamiento, la mente percibe el objeto y deja al instante de distraer al pensador. Viendo claramente el tema hasta donde se produce la distracción, el pensamiento desaparece, entonces tornamos a concentrarnos nuevamente en el sentimiento del éxtasis maravilloso.

Análisis del sentimiento obtenido en la Meditación Tummo Yoga Tibetano del calor interno:

Haber alcanzado un estado de claridad semejante demuestra que la Meditación Tummo es óptima para descubrir la naturaleza de la mente. Después de utilizar el ejercicio de Yoga Tibetano del Calor Interno para concentrarse en nuestro sentimiento, notaremos como la mente cede siendo absorbida en nuestro sentir durante algún tiempo, es preciso analizar entonces contemplando sin apego ni rechazo cada una de las siguientes preguntas. Tardar tanto tiempo como sea necesario.


1º ¿Es la sensación que experimentamos permanente o impermanente? ¿Cómo? ¿Por qué?

2º ¿Es el sentimiento maravilloso o generador de sufrimiento? ¿Cómo? ¿Por qué?

3º ¿Está el sentimiento experimentado relacionado o es ajeno al sistema nervioso y a la mente? ¿Cómo?¿Por qué?

4º ¿El sentimiento existe inherentemente, desde su propia naturaleza, sin dependiendo de otra cosa, o no? ¿Cómo? ¿Por qué?

5º Examinar cada punto desde todos los ángulos. Resumiendo nuestra conclusión para terminar la sesión de meditación Tummo y luego dedicar cualquier energía positiva y conocimiento adquirido durante la meditación tántrica para su ilustración rápida y beneficio de todos los seres vivos con el intimo convencimiento de que desde lo más pequeño hasta lo más grande, todas las vidas se sostienen.

Podemos tomarnos tanto tiempo como nos apetezca para construir en la pantalla de nuestra frente esta visualización. Una vez que la imagen está estable, imaginar una brasa roja y caliente del tamaño de un garbanzo dentro del canal central a nivel del ombligo. Para fortalecer esta visualización del Tummo yoga tibetano, podemos imaginarnos alcanzando una hoguera, sacando a continuación una pequeña ascua roja muy brillante y colocándola en el Sushumna. Una vez la he puesto allí, os puedo asegurar que yo realmente siento su calor intenso.

Ahora, con la finalidad de aumentar el calor interno, hago girar suavemente los músculos de la pelvis, concentrándome en el interior, y de esta manera consigo llevar la energía del Prana del aire respirado depositada en el Chakra Swadhishthana a la brasa. A continuación, suavemente hay que hacer una respiración yoga completa a través de los orificios nasales. El aire viaja raudo desde las fosas nasales impulsando el Prana a través de los canales derecho e izquierdo hacia donde los nadis Ida y Pingala entran en el canal central Sushumna justo por debajo del nivel señalado anteriormente del ombligo. El aire se une con el calor allí presente y con la energía Kundalini que asciende desde abajo en Muladhara.

Se debe detener la inhalación, inmediatamente tragar literalmente el aire llegado debajo del estómago y empujar suavemente con el diafragma para comprimir firmemente la energía desde arriba hacia abajo: ahora la energía de la respiración está completamente bloqueada, el aire se encuentra comprimido desde arriba y abajo. Ahora se trata de retener la respiración en Kumbhaka todo el tiempo que nos sea relativamente cómodo hacerlo. Llevamos la concentración completamente sobre la brasa ardiente en el área del ombligo, cuyo calor logramos incrementar y difundir como resultado de la energía del aire fuertemente comprimido.






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