La Equinoterapia
Es un tipo de tratamiento que gira entorno al caballo. Se utiliza como soporte terapéutico en enfermedades físicas y psíquicas. Su finalidad consiste en mejorar la calidad de vida de aquellas personas que padecen una discapacidad. Así como de aquellas que presentan algún tipo de trastorno del comportamiento o problema social.
Se centra en las disfunciones psíquicas y sociales con bases psicológicas o psiquiátricas.
Se centra en los trastornos neuromotores del paciente.
Beneficios Físicos
Mejora de forma notable el equilibrio de los pacientes
Fortalece el tono muscular
Beneficios Psicológicos
Aumenta la autoestima de quienes la practican ya que mejora su nivel de autoconfianza.
Estimula la capacidad tanto de atención como de concentración
La equinoterapia está especialmente indicada para los siguientes casos:
Ansiedad infantil: en pleno Siglo XXI, son cada vez más los niños que sufren de ansiedad infantil y estrés escolar. Se trata de un proceso totalmente natural del cuerpo humano, que responde ante una agresión externa.
Hiperactividad: la terapia con caballos también resulta muy beneficiosa para aquellos niños que sufren de hiperactividad, un trastorno que se caracteriza por una gran dificultad para mantener la atención y un exceso de actividad.
Adicciones: en el caso de personas adultas, este tipo de terapia resulta cada vez más utilizada por parte de personas que sufren algún tipo de adicción, como por ejemplo al alcohol o a las drogas.
Trastornos del habla: para determinados trastornos del habla, como por ejemplo la dislalia, la terapia ecuestre también resulta de gran ayuda. Fomenta la comunicación no verbal entre el paciente y el caballo, de modo que éste aprende a comunicarse mejor con las personas de su entorno.
Síndrome de Down: tanto niños como adultos con síndrome de Down encuentran grandes beneficios en la equinoterapia.
Autismo: en el caso de niños con autismo, resulta una terapia muy indicada ya que fomenta su autonomía y mejora sus relaciones sociales.
Parálisis cerebral: una de las aplicaciones más habituales de la terapia ecuestre es en pacientes con parálisis cerebral, tanto niños como adultos.
Esclerosis múltiple: una enfermedad neurológica caracteriza por la destrucción progresiva de la mielina del sistema nervioso central.
Esquizofrenia: y, por último, esta terapia también resulta de gran ayuda en pacientes con determinadas enfermedades mentales como la esquizofrenia. Según la OMS, se estima que afecta a 52 millones de personas en todo el mundo.
Contraindicaciones:
No resulta un tratamiento adecuado para aquellos pacientes que sufran incontinencia urinaria, así como insuficiencia cardíaca. Tampoco está indicado para personas con algún tipo de problema óseo, como osteoporosis.
Por supuesto, personas con alergia a los animales no pueden practicar esta actividad, así como aquellas que tengan miedo a los caballos.
Existen diferentes tipos de disciplinas en torno a la equinoterapia. Los explicamos a continuación.
Volteo terapéutico: se conoce como tal a aquella modalidad que consiste en realizar una serie de ejercicios sobre el lomo del caballo. Resulta una actividad muy beneficiosa para mejorar el equilibrio, así como la coordinación.
Hipoterapia: es una disciplina que guarda una cierta similitud con el volteo terapéutico. Consiste en la relación de diversos ejercicios fisioterapéuticos sobre el cabello. Uno de los principales beneficios de esta actvidad tiene que ver con la transmisión del calor corporal del animal al paciente.
Psicoterapia: la psicoterapia asistida con caballos es una herramienta que hace uso del instinto natural de los caballos para intervenir en los pacientes desde el punto de vista social y emocional.
Pedadógica: esta es una de las disciplinas más ampliamente utilizadas en la equinoterapia. El paciente consigue una adaptación precisa a su entorno y al cabello, lo cual guarda un amplio abanico de beneficios: aumenta la motivación, mejora la capacidad tanto de concentración como de atención, estimula la sensibilidad y fomento de la independencia y autonomía.
Social: esta modalidad de equinoterapia gira en torno a la relación activa que se crea entre el propio paciente y el cabello, lo cual favorece de forma notable tanto la adaptación como la integración a nivel social.
Ocupacional: un tipo de terapia destinada a fomentar la inserción laboral de pacientes con algún tipo de discapacidad a nivel físico /o mental. Consiste en la realización de una serie de actividades de cuidado del cabello: cepillado, limpieza de los matriales, colocación de la monta…
Adaptada: y, por último, lo que se conoce como equitación adaptada. Se vincula con la práctica de deporte por parte de personas discapacitadas que practican la monta. De este modo, pacientes con discapacidad pueden practicar equitación con las adaptaciones necesarias.
Breve historia de la equinoterapia
Se sabe que ya en el año 460 a.C. Hipócrates alababa las virtudes terapéuticas de los caballos, y recomendaba practicar la equitación a los pacientes con patologías incurables para mejorar su estado de ánimo.
En 1875, un neurólogo francés, el doctor Chassaignac, comprobó que sus pacientes mejoraban después de montar a caballo, y que el movimiento del animal favorecía el equilibrio, el control de los músculos, y el funcionamiento de sus articulaciones.
La equinoterapia como tal surgió en México en 1969, de la mano del comandante Rogelio Hernández Huerta (preparador físico en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano). Si bien su técnica es diferente a la que se usa hoy en día, él fue el pionero en esta terapia.
Los caballos son seres vivos muy receptivos y sensibles con una gran capacidad para percibir conductas, estados de ánimo y signos que resultan casi imperceptibles para el ser humano; son expertos en el lenguaje no verbal y, de hecho, y aunque la mayoría de las personas no nos demos cuenta, se comunican con nosotros constantemente y nos leen como si fuéramos libros abiertos.
Los mejores caballos para equinoterapia
El éxito de la terapia ecuestre depende en gran medida de la elección del caballo adecuado. Es obligación del centro en el que se imparte la equinoterapia conocer cuáles son las características de los animales y para qué tipo de pacientes es adecuado cada uno de ellos.
El caballo no debe ser muy mayor ni muy joven ya que los potros resultan más difíciles de manejar debido a su carácter inquieto. Lo mejor es que el animal tenga entre 7 y 20 años. Además, es esencial que sea un animal noble, sin ningún tipo de miedo hacia las personas; esto es importante para evitar cualquier tipo de reacción que pueda suponer un peligro para el paciente.
También es importante que el cabello esté acostumbrado tanto a ruidos como a movimientos bruscos para que se encuentre totalmente tranquilo durante la sesión.
En cuanto a la raza, lo cierto es que no es un factor fundamental. No obstante, sí resulta recomendable que sea un animal fuerte y resistente, capaz de soportar el peso de dos jinetes ya que en ocasiones lo montan de manera conjunta el paciente y el terapeuta.
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